Los inicios de Salerm Cosmetics se remontan a finales de la década de los 70 del siglo xx con la compra de Salherm, una pequeña empresa de coloración que pertenecía a los hermanos Sala.
Uno de los proveedores de Salherm es el peluquero y emprendedor Víctor Martínez Vicario, quien fabrica cartas de color para la compañía y quien en 1978 compra la empresa, que en aquel momento pasa por dificultades económicas. Lo que en un primer momento parecía ser una rápida venta de stocks representó la continuidad y crecimiento de la compañía.
En 1979 la compañía se traslada a Lliçà de Vall, Barcelona, desde donde hoy sigue trabajando. El punto de inflexión llega pocos años más tarde, con la puesta en marcha de una red de distribución propia que actualmente sigue creciendo. El cambio supone la consolidación de la marca, que empieza a ser reconocida como una referencia de prestigio en el sector de la peluquería profesional. Es entonces cuando se crea laboratorios Lamarvi, para apoyar el desarrollo de nuevos productos.
